11/7/17

Confesiones de una Socióloga 2.0

Yo estaba muy enamorada de Durkheim, era un amor platónico, asimétrico y bastante dañino para mi. Él era todo y yo no era nada. Él era un padre fundador y yo, nada, una simple estudiante de la disciplina. Por eso empecé a relacionarme de manera irresponsable con Pierre, sólo para alejarme del profundo complejo de inferioridad que me producía Emile.


Pierre me llevaba a todos lados, me explicaba todo, proponía hacer cosas en conjunto y encima, lavaba los platos cuando terminábamos de cenar. Nunca tenía problemas en revisar sus apuntes para sumar a un trabajo mío, en mostrarme qué leer y hasta hacer interpretaciones de los campos con el futbol o con la política. Siempre estuvo ahí para instalarme el spss, para ayudarme con las traducciones del francés y para cargar juntos las encuestas terciarizadas en bases. Eso sí, nunca preguntó si seguía en contacto con Emile, si eventualmente lo veía, o si lo leía a escondidas y me emocionaba con sus escritos. Así pasaron años y al pobre Pierre lo dejé intempestivamente por Parsons, por Lumhan y por todo el colectivo de feministas deconstructivistas.

Tuve amores con Rubins, con Butler, con Di Laurentis. Con Offe y con Donzelot, pero Pierre siempre estuvo ahí. Me mandaba mails para mi cumpleaños, me felicitaba cuando cambiaba de trabajo y me decía qué leer cuando estaba aburrida. Pierre siempre está ahí cuando pierdo el rumbo y cuando estoy aburrida sociológicamente.



Hoy volví a leer a Pierre y lo voy a leer siempre, por más que le falte ese no sé qué que otros y otras me producen. No lo llamé, sé que está enojado conmigo, sabe que fui a Paris y en lugar de visitarlo pasé una mañana entera bajo la lluvia buscando la tumba de Emile y la de Simona.

12/10/16

Una putita menos 2.0

Desde que un compañero de primaria me desprendió el corpiño en medio de una clase de gimnasia y la directora de la escuela me quería convencer que era un halago que el chico no sabía expresar, comprendí que el hecho no era la supuesta atracción del pibe hacia mí, lo que había molestado era mi camiseta de futbol, roja como la sangre, con un gran 9 plasmado en la espalda y el apodo en letras blancas: Pancho Guerrero.

Años después lo vi claro como el agua, que lo que molestó no era mi corpiño, molestó que como mujer quiera jugar al futbol y que reclamara como una igual un puesto en el equipo. El chico sólo hizo lo que le habían enseñado desde chiquito – los nenes con los nenes, las nenas con las nenas. Corría el año 94, Menem hacía campaña por su segunda presidencia y nosotros teníamos 9 años.
En el 2003 Kirchner nos venía a proponer un sueño, y yo estaba haciendo el CBC en Ciudad Universitaria, ahí pude vislumbrar el fenómeno de otra manera, que ese adoctrinamiento que habían tenido años atrás conmigo se trasladaba a todas las esferas de mi vida: un novio, al negarme a ir de vacaciones con él, me encerró en una habitación, un grupo de pibes en un bar me quería cobrar peaje para ir al baño, que en los recitales estar adelante me era hostil y los profesores, hombres en su mayoría, después que hacía una intervención en clase – es válido aclarar que fue en la Facultad de Ciencias Sociales, lugar que brama por la igualdad de género- me preguntaban si había ido a un colegio universitario, cuando ponía cara de bronca y contestaba de manera irreverente (sólo para ocultar mi impotencia)
- “No, fui a un colegio parroquial en el interior del país”
Volvían los ojos para atrás y con algún comentario misógino lograban regresarme a ese lugar que el macho progre tanto disfruta, el de la minita. El trabajo tampoco fue un lugar seguro, un jefe – sí, uno nac and pop – me hacía llamar por su secretaria a su oficina, cuando llegaba en tono burlón me preguntaba si estaba depilada para poder empezar una orgía. También en tono de “chiste” me preguntaba si quería chuparle la verga. Ante mi profunda cara de orto el disciplinamiento era doble, mis congéneres ridiculizaban mi indignación y así me devolvían a ese lugar que me correspondía, una mujer no puede hablar, no puede ocupar espacio público y menos hacerlo sola.
Con el devenir de disciplinamientos, me costó pero logré pasar de la indignación y la injusticia a la acción. Dejar de considerarlo un problema individual para pasar a entenderlo como una cuestión pública y, por lo tanto, política.
La calle, la noche y los taxistas han sido los exponentes más violentos de estas situaciones. Me han apoyado en un colectivo, me han tocado el culo en subte y se han masturbado adelante mío en un tren, sin embargo y mal que me pese, los taxis siempre fueron peor. Volvía de vacaciones y un señor arriba de su auto negro y amarillo nos persiguió, a mí y a una amiga, durante cuadras gritándonos “Sidosas, son la escoria de esta ciudad. Ustedes traen la mugre. Bien que les gusta coger...”.
Estar arriba de un taxi tampoco fue la excepción, era un día horroroso de calor porteño, me subí a un taxi y una vez arriba el señor taxista, comenzó a tirarme los perros. La situación fue horrible, pero conocida para la mayoría de las mujeres.
- “pero qué hace una señorita cómo usted por acá? No le gustaría salir un día conmigo?”
El desenlace fue lo peor, mi silencio desembocó en la siguiente pregunta
- “No le gustaría ir a un telo conmigo, con este calor imagínese usted y yo entre unas sábanas y aire acondicionado. Conozco uno que queda acá a mitad de cuadra...”
En ese momento exacto pegó el volantazo y se dirigía al Albergue Transitorio. No terminó de doblar que me aferré a la mochila, abrí la puerta y me tiré del taxi en movimiento. El portazo que pegué a la puerta fue terrible y el raspón de mi rodilla también. El asco me quedó impregnado hasta hoy día.
Ir en bicicleta fue la peor. Yo pedaleando contenta y el chofher cuentapropista comenzó a tocarme bocina hasta que logró que me salga de la bicisenda y que vaya bien cerquita del cordón. En lugar de “pasarme” y seguir su camino, comenzó a andar más lento, al mismo tiempo, me hablaba groserías. En un momento me subí a la vereda para que se vaya. Atónito me gritó “si te chocaba era una putita menos”...

30/9/16

El puto padre

Desde que te crucé en la calle no puedo parar de escuchar Fito Paez, no sé por qué, nunca te gustó. Recuerdo tus comentarios despectivos ante Fito, ante sus novias, ante sus letras. En algún punto Fito y Arjona para vos eran más o menos lo mismo: algo barato para minitas que la flashean de profundas ¿Pensarías eso de mí cuando me conociste?

Si bien mi gusto por Fito fluctúa, me es imposible no pensar en algunas canciones y no pensarte a vos. Quizás esa es la constante que me sigue ligando a tu pelo, que desde que nos dejamos de ver puedo escuchar Fito sin culpa, y pensar en todas las frases punchis que se asemejan tanto a nuestra historia. Al menos a mi historia de vos, a la que me quedó en el cuerpo, en la piel, en el cuellito.

No entiendo cómo pasó, ni porqué. Buenos aires es una metrópolis y aun así me siguen llegando comentarios de que te vieron, que hablaron con vos, que quizás te saludaron de lejos. Sin embargo, no importa quién, ni dónde, ni cómo, todxs me dicen lo mismo: cada vez que lo veo me acuerdo de vos. Como si aún fueras mi maldito espejo, esa otra mitad que anda por ahí para que otros al verte me miren a mí. No lo quiero pensar de esta forma, asumirlo me obligaría a vivir una vida incompleta, rota, desarmada.

Los años pasaron y yo sigo posponiendo el encuentro. Recuerdo más las veces que lo evité a conciencia y no me hice cargo de todo el amor que nos tuvimos. La Plaza de Mayo fue testigo de la suspensión del cruce de miradas. Caminaba con un candidato a chongo y te vi, cruzabas desde diagonal norte a la plaza. Ese maldito sweater negro con rayas grises, tan europeo, y que, como siempre, el maldito pelo te flameaba en lo alto. ¡Ese maldito pelo! ¡¡¡Tan dorado, tan alborotado, tan alto!!! Me acuerdo que poniendo ojos de animal bueno me oculté tras una columna y miré a mi candidato, hasta le hice ojitos para las lágrimas que me brotaron pareciera luminosidad. Me mordí la boca para aguantar el nudo de la garganta, para no gritar ¡el puto padre!

Esperé que el momento pasara rápido, que no me hayas visto, que ese corte de pelo medio punk que tenía produzca lo tan deseado por mí, que no me reconozcas en la multitud. Sabía que el primer rasgo que te permitiría reconocerme iba a ser mi pelo, enredado, largo, seco. Si me rapaba la nuca y renunciaba a mi cabellera no me podrías encontrar, no te podrías encontrar.

27/5/15

Instrucciones para tomar mate



Tomar mate es una práctica que se puede realizar sin tener en cuenta el momento del día. Un mate puede ser bueno a la mañana o a la tarde, en compañía ó solitariamente. Independientemente de las condiciones nunca esta de mas saber preparar mate.
En primer lugar coloque agua en la pava y llévela a una hornalla previamente encendida a temperatura moderada.Esto le permitirá controlar que el agua llegue a la temperatura ideal. Se aconseja, de ser posible, que el agua este filtrada o sea agua mineral o de mesa, ya que, el agua del grifo puede tener grandes cantidades de cloro que pueden afectar el sabor de la espirituosa bebida.

Mientras tanto, coloque en el mate la yerba. La cantidad recomendada es de ¾ de la capacidad total del mate. Si usted sufre de acides se recomienda colar la yerba previamente para eliminar así el polvillo causante de la misma. Queda a gusto de cada persona colocar, conjuntamente con la yerba, algún que otro tipo de “yuyo” para generar un sabor distinto. Generalmente se le agrega “burrito” o “cascaritas de citrus secas”.
A continuación, tome la parte inferior del mate con la palma de la mano. Coloque la otra mano en la boca del mate con la palma hacia el orificio del mismo. Sacuda con fuerza. Con pequeños golpecitos en la parte inferior lleve la yerba hacia un lado del mate.

La temperatura “ideal” del mate oscila entre los 70 grados y los 80 grados. Si la temperatura esta por debajo el mate resulta muy amargo, por el contrario, si el agua llega a hervir el mate pierde sabor rápidamente, es decir que se “lava”.

Cuando la temperatura del agua sea casi ideal, proceda a humedecer la yerba sobre el lado del mate que contiene menor cantidad. Se vuelve a colocar la pava en el fuego para que alcance la temperatura deseada mientras que la yerba se “hincha”.

Una vez que el agua comience a esbozar burbujitas, se aconseja colocar el agua en un termo para que no pierda la temperatura, aunque también es posible tomar mate directamente desde la pava.

Se coloca la bombilla en la yerba humedecida con un suave movimiento hacia dentro. Posteriormente se ceba el mate.

La manera correcta de cebar mate es dejar correr el agua sobre la bombilla hasta que esta se vislumbre en la superficie de la yerba cercana. De mantener este criterio el mate no se lavará rápidamente logrando así una mayor duración del sabor de la yerba.

El tiempo entre cebada y cebada se recomienda que no sea mayor a 3 minutos. Es así que la yerba no se enfriara y el mate seguirá siendo sabroso durante más tiempo.

Un buen acompañamiento para un mate son los bizcochitos de grasa. Aunque también son habitualmente acompañados por facturas, galletitas dulces o saladas, tostadas, pan con manteca, etc. Hay personas que prefieren acompañarlo con banana: una de mate y otra de banana. Sobre gustos, no hay nada escrito.

El mate puede sufrir variaciones que dependen de cada matero. Desde la yerba, agregar azúcar u otros endulzantes, jugos fríos en lugar de agua, etc.

Un buen mate, a mi gusto, es un mate amargo con el agua a 80 grados.

Ahora sí ¡A tomar mate!!!




23/1/15

Revolución y Homosexualidad - Chau Lemebel!!!

No soy Pasolini pidiendo explicaciones

Manifiesto (Hablo por mi diferencia)


No soy Ginsberg expulsado de Cuba

No soy un marica disfrazado de poeta

No necesito disfraz

Aquí está mi cara

Hablo por mi diferencia

Defiendo lo que soy

Y no soy tan raro

Me apesta la injusticia

Y sospecho de esta cueca democrática

Pero no me hable del proletariado

Porque ser pobre y maricón es peor

Hay que ser ácido para soportarlo

Es darle un rodeo a los machitos de la esquina

Es un padre que te odia

Porque al hijo se le dobla la patita

Es tener una madre de manos tajeadas por el cloro

Envejecidas de limpieza

Acunándote de enfermo

Por malas costumbres

Por mala suerte

Como la dictadura

Peor que la dictadura

Porque la dictadura pasa

Y viene la democracia

Y detrasito el socialismo

¿Y entonces?

¿Qué harán con nosotros compañero?

¿Nos amarrarán de las trenzas en fardos con destino a un sidario cubano?

Nos meterán en algún tren de ninguna parte

Como en el barco del general Ibáñez

Donde aprendimos a nadar

Pero ninguno llegó a la costa

Por eso Valparaíso apagó sus luces rojas

Por eso las casas de caramba

Le brindaron una lágrima negra

A los colizas comidos por las jaibas

Ese año que la Comisión de Derechos Humanos

no recuerda

Por eso compañero le pregunto

¿Existe aún el tren siberiano

de la propaganda reaccionaria?

Ese tren que pasa por sus pupilas

Cuando mi voz se pone demasiado dulce

¿Y usted?

¿Qué hará con ese recuerdo de niños

Pajeándonos y otras cosas

En las vacaciones de Cartagena?

¿El futuro será en blanco y negro?

¿El tiempo en noche y día laboral

sin ambigüedades?

¿No habrá un maricón en alguna esquina

desequilibrando el futuro de su hombre nuevo?

¿Van a dejarnos bordar de pájaros

las banderas de la patria libre?

El fusil se lo dejo a usted

Que tiene la sangre fría

Y no es miedo

El miedo se me fue pasando

De atajar cuchillos

En los sótanos sexuales donde anduve

Y no se sienta agredido

Si le hablo de estas cosas

Y le miro el bulto

No soy hipócrita

¿Acaso las tetas de una mujer

no lo hacen bajar la vista?

¿No cree usted

que solos en la sierra

algo se nos iba a ocurrir?

Aunque después me odie

Por corromper su moral revolucionaria

¿Tiene miedo que se homosexualice la vida?

Y no hablo de meterlo y sacarlo

Y sacarlo y meterlo solamente

Hablo de ternura compañero

Usted no sabe

Cómo cuesta encontrar el amor

En estas condiciones

Usted no sabe

Qué es cargar con esta lepra

La gente guarda las distancias

La gente comprende y dice:

Es marica pero escribe bien

Es marica pero es buen amigo

Súper-buena-onda

Yo no soy buena onda

Yo acepto al mundo

Sin pedirle esa buena onda

Pero igual se ríen

Tengo cicatrices de risas en la espalda

Usted cree que pienso con el poto

Y que al primer parrillazo de la CNI

Lo iba a soltar todo

No sabe que la hombría

Nunca la aprendí en los cuarteles

Mi hombría me la enseñó la noche

Detrás de un poste

Esa hombría de la que usted se jacta

Se la metieron en el regimiento

Un milico asesino

De esos que aún están en el poder

Mi hombría no la recibí del partido

Porque me rechazaron con risitas

Muchas veces

Mi hombría la aprendí participando

En la dura de esos años

Y se rieron de mi voz amariconada

Gritando: Y va a caer, y va a caer

Y aunque usted grita como hombre

No ha conseguido que se vaya

Mi hombría fue la mordaza

No fue ir al estadio

Y agarrarme a combos por el Colo Colo

El fútbol es otra homosexualidad tapada

Como el box, la política y el vino

Mi hombría fue morderme las burlas

Comer rabia para no matar a todo el mundo

Mi hombría es aceptarme diferente

Ser cobarde es mucho más duro

Yo no pongo la otra mejilla

Pongo el culo compañero

Y ésa es mi venganza

Mi hombría espera paciente

Que los machos se hagan viejos

Porque a esta altura del partido

La izquierda tranza su culo lacio

En el parlamento

Mi hombría fue difícil

Por eso a este tren no me subo

Sin saber dónde va

Yo no voy a cambiar por el marxismo

Que me rechazó tantas veces

No necesito cambiar

Soy más subversivo que usted

No voy a cambiar solamente

Porque los pobres y los ricos

A otro perro con ese hueso

Tampoco porque el capitalismo es injusto

En Nueva York los maricas se besan en la calle

Pero esa parte se la dejo a usted

Que tanto le interesa

Que la revolución no se pudra del todo

A usted le doy este mensaje

Y no es por mí

Yo estoy viejo

Y su utopía es para las generaciones futuras

Hay tantos niños que van a nacer

Con una alíta rota

Y yo quiero que vuelen compañero

Que su revolución

Les dé un pedazo de cielo rojo

Para que puedan volar.

3/6/14

IRREVERENTE

Resulta inevitable mirar Deshora y no pensarla como la secuela de La Cienaga. Claramente hablamos de una segunda parte, después de 12 años, con cambio de modelo. Ya no aparece el 2001 como sonido ambiente, al contrario,reactivación inacabada. En cada detalle de la decadencia de la clase acomodada salteña pareciera mostrar, lo más íntimo, lo más profundo, lo más real de nuestro país. A diferencia de la obra de Martel, Deshoras muestra al hombre produciendo. Ojo, a no obnubilarnos, la producción se muestra sin modernización alguna. ¿Similitudes? Las relaciones del Conchabo siguen operando. Sin marco legal de referencia, pareciera que sólo por la costumbre las relaciones semiserviles están ahí, como un siempre así, sin posibilidades, de cambio, de alternancia. Locación: El campo. Una casona vieja y húmeda donde los muebles aristocráticos muestran que no importa cuánto mida el desarrollo, en la soledad latinoamericana no alcanza para la modernidad. Sillones viejos, habitaciones oscuras, la podredumbre a la vista. El agua, esa fuente de vida y belleza, fuente de cambio y prosperidad aparece artificial y estancada. Como si ocultara algo, un quiebre, una fisura que no se quiere dejar ver. Parentesco. Lo otro, que es nuestra sangre, aparece para esconderse. Un primo lejano que deambula desinteresado por el flaco poder que se intenta ostentar. A diferencia de los primos de Jauretche en el medio pelo (que aparecen con la pobre Taly (Mercedes Morán) que intenta todo para pertenecer, éste es un primo latinoamericano. La aristocracia, venida a menos, se siente amenazada por este macho que se pavonea y provoca. Más joven, más viril, más abierto a lo desconocido.No teme, goza, vive. Este Otro es IRREVERENTE. La Matrona no goza. Busca reproducirse y no lo logra. Está inacabada, no se puede realizar. La sensación incomoda que produce el Otro con sólo su andar. Resulta fascinación y, al mismo tiempo, rechazo. Inmediatamente, en el seno de una sociedad oligarca, cristiana y occidental, post 2001, argentina está latinoamericanizada y se asusta. Cualquier indicio de cambio, representado en los deseos sexuales de los protagonistas, debe ser cazado y eliminado. Producir: sí, Mutar: No, Reproducirse: imposible. Hay un lugar para la esperanza. Sin final posible, filmable, enunciable, no deja todo dicho, lo diverso tiene que correr y esconderse. Cae en la emboscada, sin embargo, no todo se puede suprimir.