3/6/14

IRREVERENTE

Resulta inevitable mirar Deshora y no pensarla como la secuela de La Cienaga. Claramente hablamos de una segunda parte, después de 12 años, con cambio de modelo. Ya no aparece el 2001 como sonido ambiente, al contrario,reactivación inacabada. En cada detalle de la decadencia de la clase acomodada salteña pareciera mostrar, lo más íntimo, lo más profundo, lo más real de nuestro país. A diferencia de la obra de Martel, Deshoras muestra al hombre produciendo. Ojo, a no obnubilarnos, la producción se muestra sin modernización alguna. ¿Similitudes? Las relaciones del Conchabo siguen operando. Sin marco legal de referencia, pareciera que sólo por la costumbre las relaciones semiserviles están ahí, como un siempre así, sin posibilidades, de cambio, de alternancia. Locación: El campo. Una casona vieja y húmeda donde los muebles aristocráticos muestran que no importa cuánto mida el desarrollo, en la soledad latinoamericana no alcanza para la modernidad. Sillones viejos, habitaciones oscuras, la podredumbre a la vista. El agua, esa fuente de vida y belleza, fuente de cambio y prosperidad aparece artificial y estancada. Como si ocultara algo, un quiebre, una fisura que no se quiere dejar ver. Parentesco. Lo otro, que es nuestra sangre, aparece para esconderse. Un primo lejano que deambula desinteresado por el flaco poder que se intenta ostentar. A diferencia de los primos de Jauretche en el medio pelo (que aparecen con la pobre Taly (Mercedes Morán) que intenta todo para pertenecer, éste es un primo latinoamericano. La aristocracia, venida a menos, se siente amenazada por este macho que se pavonea y provoca. Más joven, más viril, más abierto a lo desconocido.No teme, goza, vive. Este Otro es IRREVERENTE. La Matrona no goza. Busca reproducirse y no lo logra. Está inacabada, no se puede realizar. La sensación incomoda que produce el Otro con sólo su andar. Resulta fascinación y, al mismo tiempo, rechazo. Inmediatamente, en el seno de una sociedad oligarca, cristiana y occidental, post 2001, argentina está latinoamericanizada y se asusta. Cualquier indicio de cambio, representado en los deseos sexuales de los protagonistas, debe ser cazado y eliminado. Producir: sí, Mutar: No, Reproducirse: imposible. Hay un lugar para la esperanza. Sin final posible, filmable, enunciable, no deja todo dicho, lo diverso tiene que correr y esconderse. Cae en la emboscada, sin embargo, no todo se puede suprimir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario